Es innegable aceptar que vivimos en un mundo altamente digitalizado. Este estado de “Digital First” es un término que ha ido creciendo en las empresas y ahora se extiende hasta los usuarios.
Este proceso de digitalización no solo se da a escala empresarial, sino que da paso a una nueva era dinamizada de la economía, donde su principal soporte es la innovación y el impulso de la inversión. En esta nueva era digital, las organizaciones, tanto grandes como pequeñas, se arriesgan a perder cuota de mercado y a sufrir una desventaja competitiva frente a aquellas que han logrado una madurez digital óptima.
La digitalización de la economía pasa por la transformación de las empresas para adoptar nuevos procesos, invertir en nuevas tecnologías y en formar a su personal, aplicar las tecnologías digitales a la transformación de su negocio y lograr así un aumento de su productividad, competitividad y rentabilidad futura.
Su potencial es tan grande e imparable que para finales del año 2021 se espera que la inversión española en digitalización y telecomunicaciones aumentará a 4.230 millones de euros. Esta transformación es tan importante que España cuenta con un plan llamado “España Digital 2025” que busca impulsar las inversiones en estas áreas brindando ayudas directas e indirectas y pretende fomentar la colaboración público-privada.
El país busca elaborar diferentes análisis y acercamientos para lograr entender el grado de digitalización actual de los diferentes sectores de la economía. Esto debe permitirle la elaboración de políticas y programas que fomenten el uso de las TIC y las Telecomunicaciones en procesos productivos de sectores como educación, salud, agropecuario, justicia, financiero, transporte, turismo, entre otros.
10 ejes importantes en el Plan España Digital 2025
- Acciones para promover la conectividad digital
- Despliegue del 5G a gran escala
- Refuerzo de las capacidades digitales y potenciación del talento
- Refuerzo en materia de ciberseguridad
- Potenciar la digitalización de la Administración Pública
- Impulso de la digitalización de micropymes y startups
- Impulso de los proyectos digitales de sectores agroalimentarios, movilidad, salud, turismo, comercio y energía
- Impulso de hubs de producción visual
- Desarrollo de la economía del dato e IA
- Marco ético y normativo de los derechos digitales del ciudadano
Es necesario que las empresas adopten nuevos procesos, inviertan en nuevas tecnologías y formación de su personal para aumentar su productividad, competitividad y rentabilidad futura. Concretamente, las empresas españolas cuentan con un buen nivel de equipamiento digital. Es decir, han adoptado medidas y herramientas que permiten su desarrollo en la esfera digital. Dentro de estas tenemos la adopción del Cloud, el Big Data, la Robótica cognitiva, el 5G, la Inteligencia Artificial y el Internet de las cosas.
Por el lado del comercio electrónico, España cuenta con un peor índice, lo que se ve más remarcado en la microPYME con menos de 10 empleados (aquellos que conforman la gran mayoría de empresas en el país) pero un peor índice en relación con el comercio electrónico.
Estas desigualdades se deben al cambiante comportamiento digital entre sectores, donde los más tecnológicos cuentan con una destreza digital 3 veces superior al resto. En contraste, las pequeñas son las que tienen los peores.
En nuestro espacio geográfico se juntan estos dos efectos, ya que somos un país de pequeña empresa (menos de 50 trabajadores), microPYMES y autónomos, suman el 99% de las empresas y el 50,5% de los empleos. Además, la generación de ingresos, la distribución de oportunidades y la innovación van relacionados con la capacidad de un país de emprender.
El ecosistema emprendimiento español está muy por debajo de la media de la UE28. Este se caracteriza por el reducido tamaño de las pequeñas y medianas empresas, lo que la hace sufrir de una falta de cualificación del personal, lo que no solo termina mermando el rendimiento económico, sino también la difusión de la tecnología y el desarrollo de competencias innovadoras de acuerdo con el cambiante mundo digital.
En los últimos años, ha habido un “boom” de creación de Start ups, posicionando a Barcelona como un nuevo Digital Hub en Europa. Sin embargo, esto trae consigo algunos puntos a mejorar en este entorno.
La principal preocupación es la tardanza en que estas nuevas empresas pasan de fase temprana a fase de escalamiento (56,3% frente a 24% respectivamente).
En segundo plano, existe una desigualdad en la distribución del capital de riesgo entre empresas en distintas fases. La mayor parte (60%) está enfocada a apoyar aquellas en fase semilla, mientras que solo un 32% pasa a un estado intermedio y 8% las que llegan al estado de escalamiento.
COVID-19 Y LA DIGITALIZACIÓN FORZADA
La situación excepcional derivada de la pandemia de la COVID-19 ha acelerado el proceso de digitalización, destapando tanto fortalezas como carencias desde el punto de vista económico, social y territorial.
Con su llegada, muchas empresas se han visto envueltas en una carencia en la preparación para abordar problemas como el teletrabajo, la seguridad online y el crecimiento exponencial de la compra en línea.
En tiempos actuales, las empresas que desarrollen nuevas infraestructuras de IT y adopten nuevas tecnologías como la IA, Big Data, Blockchain, IoT, ciberseguridad, Automatización y robotics, serán las que triunfen en un futuro cercano.
Si algo nos ha enseñado la pandemia, es que muy pocas empresas están preparadas para cambios bruscos tanto en la forma de vida de las personas y las organizaciones. Estas han tenido que adaptarse y que crear sus planes de digitalización “on the go”, lo que sienta las bases para situaciones futuras y la preparación respectiva para las mismas.
Esto nos trae la pregunta, ¿por qué es que no han tenido un plan de respaldo o que restricciones o problemas para ponerlo en marcha?
Una encuesta realizada por Cisco, reveló que, según los CIOs, el principal reto de la digitalización acelerada son temas relacionados a la seguridad informática y a la privacidad, seguido por la complejidad de las TI y los entornos multi-cloud.
A pesar de los esfuerzos de las organizaciones y el estado español, aún existen impedimentos o hándicaps que ralentizan la capacidad de las empresas a digitalizarse por completo.
Uno de los principales es que no cuentan con el talento adecuado para iniciar proyectos de esa índole, ya que habitualmente son complejos e implican diferentes usos de tecnologías y prácticas. Esto suele estar relacionado con la cultura organizacional de la empresa, en relación a la forma de invertir la innovación y adoptar propuestas de cambio.
Otro inhibidor digital es la baja participación entre departamentos responsables de los procesos clave de negocio para la empresa. Se suele pensar que toda la responsabilidad recae sobre el CIO y el departamento de IT, pero no es del todo cierto. Es necesario que los demás departamentos aporten valor añadido al proceso. Esto envuelve a las áreas financieras, Marketing y Ventas.
El plan de transformación digital debe de involucrar a cada departamento con una metodología Agile, KPI’s de control y seguimiento de negocio para cada uno de ellos. Todo en alineación con los objetivos de negocio de la organización. Otro inhibidor es el alto coste de iniciativas como estas.
Muchas empresas no se sienten preparadas para llevar a cabo proyectos de digitalización exprés, ya sea por falta de capacidades o porque no le ven la rentabilidad futura. Para este tipo de casos, es mejor llevar una estrategia de transformación paulatina, por partes, lo que permite un mayor control de los costes y de los beneficios obtenidos. En el caso de que la empresa use tecnologías en la nube o cloud, es importante que determinen y predigan los costes de ellas en condiciones fluctuantes, es decir, determinar los SLA claramente.
Tal como podemos ver, según lo expuesto en este artículo, la articulación y colaboración entre el sector privado y público son las principales armas para alcanzar los objetivos de digitalización para el año 2025.
Como conclusión, está claro que una estrategia de transformación digital debe de venir impulsada desde la alta dirección de la empresa, donde la participación del CIO será clave para analizar sus posibles beneficios a mediano y largo plazo.
Si aún no sabes cómo comenzar tu estrategia de digitalización empresarial o deseas mejorar la que tienes actualmente, nuestros profesionales expertos estarán encantados de ayudarte a lograrla. Ponte en contacto.